viernes, 19 de noviembre de 2010

EN OCASIONES VIAJO



En ocasiones viajo a la puerta de nuestra casa, es blanca

y las paredes son manuscritos,
donde nuestros nombres están plasmados en decenas de idiomas,
estas tumbado en la cama,
con la luz apagada mirando el corazón que dibujé en la pared para ti,
tiene nuestras iniciales en su interior,
es grande y me parece hermoso, te observo,
sabes que estoy cerca porque puedes escuchar la percusión de mi corazón,
cada vez más intensa a medida que me aproximo a ti,
te beso en los labios, te miro a los ojos y te vuelvo a besar,
contigo el color del aire cambia,
caminas y persigo las finas líneas que dibujan tus pasos, es algo grandioso y único,
miro la cama donde vamos a convivir,
las sabanas huelen a flores perfumadas de azahar,
al aroma que deja tu piel y mi piel,
una fragancia inigualable, hipnotizante,
cuando regreso al mundo de los mortales y vuelvo a la realidad que me atormenta,
aún falta mucho para poder pasear juntos por la calle,
aún sigues patron de tu barco por los mares del norte
y esta ciudad muere lentamente y conmigo dentro,
hasta que tu barco llegue, a mi encuentro,
cuando anochezca, el sol se ocultará frente a nuestra casa
y es entonces cuando muera, recordaremos aquellos atardeceres,
que compartíremos el uno con el otro...

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