Soy una mujer que vale lo que vale, sin un número, hoy en día quien me quiera, me querrá como soy y no como quieran ellos verme. Me di cuenta que mi vida, mi respeto y muchas cosas más se la tienen que ir ganando cada persona que quiera acercarse a mi. Deje de ser la tonta de siempre y aprendí que no soy invisible al mundo sino todo lo contrario, y eso me lo has enseñado tu. A no esconderme de nada ni de nadie, que quien me quiera que me quiera así y sino que coja la puerta y fuera. En este tiempo me estoy queriendo más a mi misma y aprendiendo cada día de todo un poco.Gracias por hacerme sentir mujer en todos los sentidos, aunque todavía nos falte el más importante
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