lunes, 23 de agosto de 2010

PARA UN BUEN AMIGO


Tal vez seamos nada,
o simplemente conocidos,
mas yo solo te pido,
que me consideres en tu camino,
aquella que sostenga tus tardes tristes
y que siempre cuentes conmigo,
hoy desperté con la conciencia de hablarte,
no pido mas que una simple sonrisa,
aquella que dibuje tu rostro frente al mío,
cuando te despidas y simplemente seamos,
dos buenos amigos…
CON CARIÑO PARA MANUEL

MI AMOR NO ES UNA FANTASIA


Mi amor no es una fantasia
por eso te quiero tanto vida mia,

pienso en tí a toda hora,
contemplo las estrellas
y una de ellas eres tu,
somos como dos raices,
que ni el viento huracanado
se lo llevara,
mi amor no es fantasia,
no es de un año ni de un día
es eterno vida mía
no lo debes olvidar...

TU ERES MI CONSUELO


Alguna vez no soñé con lo que hoy sueño,
quizás tu seas quien sin verlo me consuele
y limpie mis lágrimas,
cada vez que pienso que alguna vez no tuve lo que hoy tengo
y lo que hoy tanto quiero no lo tengo,
porque estas lejos de mi,
bendito sea el momento en que mis ojos te vieron por primera vez,
cuando llego el momento en que decidiste que mi vida sería distinta,
porque quieres que lo que me queda de vida, la pase contigo,
benditos sean los segundos que me acompañas,
me das fuerzas para soportar la tristeza y celebrar mis alegrías,
alguna vez quise estar donde estoy
y hoy quiero estar donde no puedo estar,
gracias por ese el corazón y ese amor que me ofreces,
 porque a pesar de mi soledad,
sigo viva, con fuerza, con fé
y con mucho amor por ti....

NUEVO ATARDECER


Nuevo atardecer culmina esperando por tus caricias,
caricias que recorren mi ser,
atardecer quiero yo contemplar junto a ti,
atardecer quiero mirar siempre tomados de la man,
quiero mirar cómo se esconde el sol,
sol que nos alumbra vuestro amor,
amor que se consume entre caricias y besos,
amor que sentimos, amor que deseamos con cada atardecer,
renacer en el suspiro de un beso,
en la mirada que palpita, 
de la caricia de este amor...

FLOR DE ALMENDRO


Una noche quise huir
de la celda del cerebro.
Sin raíces, pluma y ala,
crucé las rejas del miedo.
Exprimí rojos racimos,
me embriagó el néctar espeso,
ciega en sombras, tras la bruma
busqué la flor del almendro.
Volví herida por las jaras
del monte del sufrimiento.
Los barrotes de mi celda
eran más grandes y gruesos.
¿Dónde encontraré las llaves
que cierren mis sentimientos?