En la sombra admiraba calladamente, como a penas unas frases mías, que para ti eran música celestial, las palabras del cielo, cuando caían enfrente de ti, contenías la respiración, recorrían todo tu cuerpo, ahora que me tienes, dime, abre tu corazón, deja que fluyan los sentimientos no amarres tu pasión deja que vuele con el viento, llegará a mí con toda la libertad, te juro sinceridad y lealtad, háblame y cuéntame, mis ojos estarán atentos como la puerta de mi corazón a las notas de tu música. No lo supe hasta que te vi encadenado de amor a mí, cual de mis escritos, o sonido de mis palabras te llenaron, si nunca llegamos a vernos antes, ni tan siquiera sabías nada de mí, cuando te mire a los ojos por primera vez, comprendí que nunca dudaste, ni tampoco que ya me amabas, yo que a acababa de conocer tu existencia, reconozco sorprendida que vi en ti al hombre que llevaba toda la vida esperando, lo que significaba tener por primera vez al hombre de mi vida frente a mí.
Ayer a pesar de estar lejos me tocaste el alma, alimentaste de nuevo mis esperanzas y mis sueños, los hiciste viajar con la brisa del mar acariciando mi sonrisa y abriéndome el corazón. Vertiste desde tu corazón magia al mío, cuando eres tan generoso me haces viajar hasta tu lado sin verte, te amo ¡cuánto te amo!. Tu enciendes mi alma, despiertas mis sentimientos, eres mi fuerza en tristes momentos, eres quien me roba el corazón. Me tocaste el alma y te quedaste a vivir por siempre en lo mejor de mi interior
Aquí estoy, como siempre te prometo, en esencia, como nota de un piano que se muestra melodiosa ante tus sentidos, como gota de Rocío que se posa en tus ojos y se convierte en la lágrima de amor más intensa que jamás hayas sentido, que se posa suave en tu boca para ser en ti la saliva que te muestre el sabor del amor más verdadero.
