viernes, 25 de noviembre de 2011

LUNAS



Una sonrisa aflora a nuestros labios,
más felices no podemos ser ya.
Si en el horizonte aparecieran dos soles,
que refulgieran como rubíes sin par,
serían sin dudar tu corazón y el mío, 
que alegres y livianos, han echado a volar.
Pero es la noche la que nos envuelve
en su manto etéreo, sobrenatural.
Aunque apresar nuestra atención quiere,
ni con mil garras nos puede atrapar.
Y es que nuestros ojos están fijos
en algo que ella no puede captar.
Pues se trata de un amor a raudales,
que hace huir su oscuridad.

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