No quiero que te parezcas en
lo más mínimo a mí, ni siquiera en una pestaña. No eres la continuación ni de
mi apellido, ni de mi a veces, maligna forma de ser. Eres mi 2º cordón umbilical, pero para mi eres mucho más, eres única e indispensable. No serás lo que nunca pude ser, ni te
lanzaré por los senderos que yo hubiera querido recorrer. Eres sencilla y
llanamente diferente, desafiante al exponer tus puntos de vista y realmente
quisiera que seas tu propia escultora, que tu cincel haga pedazos las asperezas
y redondee las puntas que te afligen. Eso solo lo puedes hacer tú, no fabriques
tus cimientos y columnas sobre nadie, sé fuerte, sé digna, no regatees ni en
las tiendas y mucho menos en el amor. Pero sobre todas las cosas del mundo,
solo te pido algo, sé todo lo que quieras ser, mientras te haga feliz. Vende
helados, ilusiones, compra nubes, pendientes, zarandea a la vida y no sigas a
los demás, no creas en lo que te digan, solo hazlo si a ti te apetece. Sé timón, nunca ancla, sé mar, libre con sus olas que vienen y van. Me alegro mucho que estés cumpliendo cada uno de tus sueños y espero que sigas así y alcances cada sueño que tienes en mente. Ahora acaba una etapa y comienza otra en tu vida, aprovéchala! Sabes que te quiero a morir y que aquí me tendrás siempre que pueda, en lo bueno y en lo malo
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